Netflix se niega a pagar un rescate por Orange is the new black
Como todo el mundo en el sector de la televisión sabe, las cadenas clásicas han perdido audiencia a favor de empresas de streaming como Netflix o Amazon y sus programas de gran presupuesto.
Las nuevas cadenas parecen imparables pero un ciberdelincuente llamado The Dark Overlord, que anteriormente estaba relacionado con la extorsión al sector salud, ha descubierto un fallo en ese modelo.
La semana pasada, Netflix recibió una petición de rescate para que no se filtrara la temporada cinco de su serie estrella “Orange is the new black”, protagonizada por Dascha Polanco (quien aparece en la foto en Toronto Pride).
La empresa, comprensiblemente, se negó a pagar y el sábado ya se informaba de que varios episodios estaban disponibles en un popular servicio de torrents, cuyo nombre no vamos a desvelar por existir una alta posibilidad de que sea utilizado para distribuir malware.
Este cibercriminal, o grupo de cibercriminales, también amenaza con publicar material robado a otras empresas del sector audiovisual como ABC, National Geographic o Fox.
Netflix ha admitido la filtración, que afirma se debe a un problema con uno de sus proveedores que también usan otros estudios de televisión. Con esta declaración, Netflix se está cubriendo las espaldas al fijar el problema en la industria de la TV, pero es obvio que la filtración aún les afecta.
No está claro si la forma en que los servicios de streaming procesan el contenido digital es diferente o menos segura que el de las cadenas clásicas, pero en el momento en que un show se distribuye en un formato que puede ser copiado, existe una posibilidad de que sea robado.
La BBC sufrió este problema cuando un episodio de Sherlock en ruso fue publicado en Internet antes de que apareciera en televisión.
Incluso, desafiando la ortodoxia de una filtración en ciberseguridad, a lo mejor en este caso particular no se trata de malas noticias ya que el lunes las acciones de Netflix subieron.
Una razón es que las filtraciones de contenidos no son iguales a las de datos de clientes. Las segundas cuestan dinero a las empresas que las sufren, además de juicios y en muchos países investigaciones por parte de los organismos reguladores.
Que unos cuantos espectadores vean unos capítulos de Netflix antes de tiempo, en comparación parecen minucias, siempre que no ocurra con mucha asiduidad. Si consiguen solucionar el agujero de seguridad, parece que lo que ha conseguido la acción de The Dark Overlord es dar a “Orange is the new black” una buena dosis de publicidad gratuita, aunque posiblemente esa no fuera su intención.
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