Cartas nigerianas: de España a China pasando por Nigeria

He rejuvenecido 15 años gracias a un email. Si, aún me acuerdo cuando era un adolescente y daba mis primeros pasos por Internet. Eran los 90, había que conectarse a través un modem telefónico y no leías el Marca online porque tardabas menos en bajar al quiosco que en que apareciera el primer titular.

Básicamente eran otros tiempos. Palabras como spam o malware no tenían sentido, así que cuando recibí un correo electrónico de un ministro nigeriano en el que solicitaba que le mandara un número de cuenta para que me ingresara una fuerte cantidad de dinero a cambio de una importante comisión me lleve la alegría de mi vida y fui corriendo a mi padre para que me explicara cómo podíamos ayudar al ministro nigeriano.

Gracias a Dios que mi padre, aunque no  tenía ni idea de Internet, era menos codicioso que yo. Me dijo que nadie regala dinero y que como un ministro nigeriano tenía el correo electrónico de un adolescente español. Así que investigamos un poco y descubrimos el engaño.

carta-nigeriana

Así que hoy cuando recibí el email,me acorde de aquellos primeros pasos y por un momento me volví a sentir un chaval. Me llamó mucho la atención el comprobar cómo ha evolucionado la estafa. De aquellos burdos correos, en un inglés macarrónico, peor que el de un niño de primaria, hemos pasado a una carta en español correcto, y hemos dejado el obsoleto ministro nigeriano por un pujante ejecutivo chino. Por lo demás todo continúa igual, nos piden nuestros datos para ingresarnos una gran cantidad de euros. Si seguimos el juego nos pedirán que paguemos algún impuesto o imprevisto que les surgió, normalmente será una cantidad cercana a los 1.000€ que nunca volveremos a ver.

Más sorprendido me he quedado cuando al buscar información sobre esta estafa he comprobado que sus orígenes se encuentran en el “prisionero español”, timo que se perpetraba en el siglo XIX y que funcionaba de igual manera que las actuales cartas nigerianas (o chinas). En aquel caso se solicitaba a un incauto que les ayudaran a sacar de la cárcel a un acaudalado español con la idea que al ser puesto en libertad pagaría con creces el dinero invertido.

Quizás aún más chocante es comprobar que este viejo timo sigue funcionando. Solo hace ver la cantidad de noticias relacionadas que aparecen en los periódicos. Parece que cuando estamos en el mundo virtual perdemos nuestro sentido de peligro y tendemos a creer que todo lo que nos dicen en verdad. No desconfiamos como lo haríamos si alguien nos para por la calle y nos dice que necesita 100€ para sobornar a un carcelero turco para sacar a un tío suyo de prisión.

Este tipo de estafas demuestra que para navegar seguro por internet, lo más importante es el factor humano. Ningún antivirus te avisará de la peligrosidad de estos correos, como mucho los podrá calificar de spam. Agudizad el ingenio y estar alerta cuando naveguéis, es el mejor consejo que os puedo dar.

 

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