El envío de imágenes de carácter sexual por a través de Internet o por el móvil se denomina sexting. Esta peligrosa práctica está muy extendida entre la juventud española ya que el 42% de los adolescentes entre 15 y 15 años afirma haberla practicado, mientras que el porcentaje baja al 20% entre los niños entre 11 y 12 años.
El 94,5% de los jóvenes considera el sexting como una práctica peligrosa, sin embargo la mitad piensan que forma parte de las relaciones de pareja y un cuarto creen que ayuda a mejorarlas.
Este es uno de los estremecedores datos que aparecen en el libro “Entre selfies y whatsapps. Oportunidades y riesgos para la infancia y la adolescencia conectada”, que recopila 17 artículos científicos de investigadores europeos y latinoamericanos y que ha sido presentado el martes pasado en la sede de la Comisión Europea en Madrid.
Este estudio también revela que los niños cada vez acceden a edad más temprana a Internet y a los móviles. Hace seis años los menores accedían por a la web a los diez años y disponían de su primer móvil a los once. Sin embargo ahora tienen su smartphone a los ocho y se conectan a los siete.
Estos datos en si no son preocupantes. El problema surge cuando no supervisamos lo que hacen ni los formamos sobre los peligros que pueden encontrar ni cómo proteger su privacidad. Por ejemplo, aunque la edad mínima en España para tener una cuenta en una red social es de 14 años, el 35% de los niños entre 11 y 12 años y el 74% entre 13 y 14 disponen de al menos una, y lo que es peor, uno de cada tres tienen su cuenta abierta.
Consejos para padres
Si estas cifras te asustan, os ofrecemos unos consejos para padres para poder gestionar mejor la actividad digital de vuestros hijos.
Lo fundamental es la prevención. Hablad con vuestros hijos de forma razonada. Explicadles los riesgos que conlleva la mala utilización de las redes sociales o los peligros del sexting. Mostradles las consecuencias que pueden conllevar. Generad un ambiente de confianza en el que sepan que estáis ahí para ayudarles y que en caso de que surja algún problema, os lo comuniquen de inmediato.
En caso de acoso, no hay que ceder al chantaje o la extorsión. Lo único que conseguiremos es aumentar el problema. La mejor solución es denunciarlo a las autoridades competentes: Policía Nacional o Guardia Civil.
Si los contenidos ya se han hecho públicos, se tomarán las medidas oportunas para eliminarlos. Debemos contactar con los administradores de las webs donde están publicados y podemos forzar su eliminación poniendo una denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos.
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